Te espero en páginas no escritas
Quizás nunca leas esta carta, pero el dolor es menor escribiendo aunque solamente yo la lea,y es que me has dejado el vacío que deja el huracán que pasa por un lugar y arranca las vestiduras el alma.
Caminaba sola y apareciste cuando lanzaba un grito que rebotaba en mis entrañas. No había nadie para amar, nadie que me amara. Nadie que me hiciera latir
rojo.
Las esperanzas esparcidas por la calle donde cada noche
pintaba eran jirones de ilusiones
desvaídas.

Rota de tanta desesperanza, mis manos pintaban llorando y mis pinturas brillantes intentaban mostrar su sonrisa más fingida al público. Entonces apareciste sin esperarte.
Se dice que las cosas que deseas se presentan un
día de frente, justamente en tus morros y
cuando menos las esperas. Tú apareciste como un príncipe mostrando tu cabello y tus ojos de mar, tu esencia
rezumando elegancia me cautivó al instante, pero no era el momento.
Pasaron
tres minutos y metida en ese temporal interno te acercaste, oí tu voz y
levanté la mirada.
-"El dibujo que acabas de pintar es justamente lo que pensé. El paisaje y el atardecer sí, todo es igual!".- Pero yo sabía que había algo más, lo noté en tus ojos.
Hablaron nuestras miradas.
Un segundo.
Dos segundos.
Tres segundos.
Hablaron nuestras miradas.
Un segundo.
Dos segundos.
Tres segundos.
Quedé
perpleja. Te acachaste para observar todas mis
creaciones y lo hiciste como si nunca hubieras visto nada igual.
Te decidiste por dos.
Torpemente los fui envolviendo sin querer acabar nunca para retenerte allí, cerca de mí…pero me sentí maniatadA porque no pude mirarte, delatar mi fascinación por ti, ni dedicarte unas palabras.
Te decidiste por dos.
Torpemente los fui envolviendo sin querer acabar nunca para retenerte allí, cerca de mí…pero me sentí maniatadA porque no pude mirarte, delatar mi fascinación por ti, ni dedicarte unas palabras.
Cuando al fin acabé te miré a los ojos, expresándote
agradecimiento e intentando hechizarte, era mi última posibilidad para que no
te fueras.
Y de nuevo, palabras que sellarían mi corazón
Y de nuevo, palabras que sellarían mi corazón
- "Siempre vas a estar en mi corazón"-. Las pinturas cerca a tu pecho.
Y yo como una
idiota, sin saber qué decir, no se me ocurría otra cosa que decir “gracias” a
tan grandiosas palabras.
¿Por qué no te escribí mi teléfono en el reverso del lienzo?, ¿ por
qué no pregunté ni tu nombre?.
Me dijiste que me llevarías en tus adentros y no te dije: “vuelve mañana o no te vayas
nunca”.
Qué estúpida me siento!.
No dejé de pensar en ti ni un segundo y lo más estúpido, sin conocerte.
Es como si hubiera vivido un romance contigo sin ni siquiera haberte respirado, pero fue tan intenso lo que me despertaste que aún hoy busco la manera de poder intentarlo, de buscarte sin descanso.
No dejé de pensar en ti ni un segundo y lo más estúpido, sin conocerte.
Es como si hubiera vivido un romance contigo sin ni siquiera haberte respirado, pero fue tan intenso lo que me despertaste que aún hoy busco la manera de poder intentarlo, de buscarte sin descanso.
Pasaron semanas y no apareciste.
Yo
nunca me rindo y pinté un retrato tuyo. Lo hice para
aliviar el deseo de tenerte y no poder, porque me quemaba. Lo ponía cada noche
junto con las demás obras para que así, si una noche volvieras a verme de nuevo, entonces podrías reconocerte y hacer que levantara la mirada, mi vida.
Pasé tres noches poniendo tu retrato y no apareciste, yo te seguí esperando, mirando al horizonte de la calle que baja y llega a mí… pero ni rastro. La noche parecía que lloraba conmigo.
Las madrugadas de trabajo se convirtieron en oleos derramados sobre una placa que perfectamente serían mis lágrimas recorriendo mis pálidas mejillas.
-¿Dónde estás?. si tanta huella te dejé, ¿por qué no me dijiste nada esa noche, ni tan siquiera un “hola” ?, ¿ por qué no cancelaste tu vuelo por mí?. ¿ Estabas comprometido?.
Otra noche más.
-¡Pero que añoranza de ti…aparece mañana por favor!.
-Buenas noches si me sientes.
Pasó un mes y te esperé cada noche. Respiré a medio pulmón cada día sin ti. Te llevaste el oxígeno que rodeaba mi
vida.
Me duele no volver a verte.
Una noche de aquellas, mientras recogía mis óleos y agotaba los últimos segundos con la esperanza de tenerte allí, mi tristeza se convertía poco a poco en mi vestido interno. Me fui a casa mientras la gente, al ser sábado estaba con aire de fiesta.
Me duele no volver a verte.
Una noche de aquellas, mientras recogía mis óleos y agotaba los últimos segundos con la esperanza de tenerte allí, mi tristeza se convertía poco a poco en mi vestido interno. Me fui a casa mientras la gente, al ser sábado estaba con aire de fiesta.
Llegué y me dediqué un baño caliente, con velas e incienso quizás creyendo que así, se desincrustaría mi dolor, pero el caso es que rompí a
llorar; a llorarte.
Después de esa noche, no volví a escribir, y no volví a escribir para que mi mente se liberara de este amor tan de fuego, sino porque huía del dolor que me provocaba pensar en ti.
Un día quise encontrar una solución, un remedio para encontrarte ya que tú habías decidido no venir. Esta búsqueda calmó mi sed en cierta manera. Nunca me había visto tan
desesperada!.
Internet fue mi gran aliado.
Pasó otro mes , mi intento de aplacar mis sentimientos por ti
estaban dando resultado, aunque fuera intermitentemente.
Un día dejé de poner tu retrato en el lugar donde pinto.
Un día dejé de poner tu retrato en el lugar donde pinto.
Y pasaron más meses.
Y más papel en blanco.
Comentarios
Publicar un comentario