Pequeña musa
No me percaté de mirar al frente. Sin embargo la intuí. La brisa suave que escapaba de su pequeño cuerpo, una pluma. Tenía el pelo rubio como el oro, su piel tan clara como la luz y sus ojos azules brillantes como el cielo limpio. La miro, una ángel en frente de mi me sonríe. Le gusta lo que pinto y sigue mirando absorta. Sigo pintando y pasan los minutos. No se mueve. Su madre tira de ella para marcharse pero ella no quiere y se suelta con decisión de la mano. No quiere irse y su madre le permite unos minutos. Mientras pinto me viene a la mente la imagen de una musa y me siento llena de algo mágico...aquella pequeña ninfa no sé de dónde ha salido. -De dónde vienes? -De muy lejos. Su dedo señala indeciso en alguna dirección. Han pasado ya los minutos cedidos y no quiere irse, la gente se va acumulando alrededor de mí. La madre tira de su brazo y la niña empieza a llorar, su cara es un poema. -Tenemos que irnos ya! -No, no quiero! . Pero si...